PILARES 02 Álvaro Obregón

PILARES (Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes) es el proyecto del Gobierno de la Ciudad de México que propone espacios educativos y culturales para contribuir a la recreación, reunión e intercambio de la sociedad.

Los PILARES son una serie de edificios públicos ubicados estratégicamente en áreas de la Ciudad de México donde las condiciones de vulnerabilidad y marginación están más presentes.

Estos espacios, a disposición de la comunidad, ofrecen áreas equipadas para el estudio y el aprendizaje, además de actividades gratuitas como talleres de emprendimiento, desarrollo de habilidades, actividades artísticas, deportivas y recreativas y talleres de oficios. Algunos de los programas disponibles son: la ciberescuela, el laboratorio de robótica, talleres de serigrafía, electricidad, gastronomía, joyería, entre otras.

 

Contexto

La Ciudad de México tiene una superficie de cerca de 1,400 km2, y su territorio, diverso y complejo, se divide políticamente en 16 alcaldías. Forma parte de la Zona Metropolitana del Valle de México y tiene una población de casi 22 millones de habitantes que requieren de áreas educativas y culturales. Los diferentes PILARES se organizan a lo largo de estas alcaldías en puntos estratégicos, donde los índices de marginalidad son elevados y el acceso a la educación y la cultura es limitado. Los predios elegidos para su construcción cumplen con características urbanas de relevancia territorial que permiten que la población los identifique como centros de encuentro comunitario que propicien la regeneración de la vida social.

 

Concepto

La propuesta parte del espacio público; a través de su desarrollo y activación se promueven mejores condiciones de convivencia en la comunidad en la que se implementan. A continuación, explicamos los puntos de partida del proyecto.

 

  1. Parque

El espacio público es el reflejo físico de los valores de una comunidad. En el parque se promueve el intercambio de estos valores a partir del cuidado y de la convivencia. El parque es abierto y de dinámica fluida; así, el proyecto es entendido como un parque con un edificio, un oasis dentro de la ciudad donde lo más importante es el espacio abierto, la conservación y valoración de la vegetación existente y las experiencias que ahí se originan.

 

  1. Espacios

Se integran tres tipologías espaciales: el exterior, el exterior cubierto –ámbito de transición o parque techado– y el espacio interior. La propuesta nace y vive en la intersección de estos tres ámbitos.

 

  1. Flexibilidad

El programa arquitectónico se define específicamente para cada terreno y ubicación. La flexibilidad se genera a partir de la identificación de tres distintos elementos: los espacios de servicio e instalaciones, el área flexible y libre de programa, y los programadores: elementos sueltos y cambiantes que dan particularidad al uso de cada espacio y actúan como activadores del proyecto. Esta diferenciación permite organizar todo de manera clara y optimizar los espacios para lograr flexibilidad de uso, así como dejar abierta la posibilidad de cualquier cambio en el programa y vida del edificio para que se adecue y evolucione libremente

 

  1. Identidad y color

El uso del color en la arquitectura mexicana se ha ido transformando y reinterpretando por diversos artistas y arquitectos. En el edificio, el color integrado a la materialidad suma carácter e identidad al edificio público y permite también un mantenimiento futuro más eficiente al no requerir recubrimientos periódicos.

 

  1. Materialidad

Como material principal se ha elegido el uso de concreto aparente con textura estriada al exterior y lisa al interior, por su eficiencia en el proceso constructivo y estructural, y sus características térmicas y estéticas. En apariencia, el volumen es sencillo y compacto, con un carácter fuerte que confirma su vocación de edificio público.

 

Estudios conceptuales

PILARES 02 Álvaro Obregón y PILARES 03 Azcapotzalco se desplantan en terrenos de condiciones físicas similares: ambos se sitúan en la intersección de vialidades en predios de esquina y con vegetación existente. La disposición de los volúmenes considera la naturaleza del sitio, respetando diversos árboles de gran altura e integrándolos visualmente a los edificios.

 

El gesto en diagonal de la planta baja permite un recorrido peatonal claro y fluido en cualquier dirección, invitando a recorrer el parque y adentrarse en el edificio. Los muros diagonales que se posan en la plaza sirven de cortina y transición del espacio exterior y el interior.

 

La planta baja es abierta y delimita el interior con una ligera fachada de vidrio que puede abrirse hacia afuera y propiciar el espacio de parque en todo el nivel de calle, accesible a los peatones y a toda la comunidad para utilizarlo como lugar de encuentro y propiciar actividades culturales y sociales.

 

La retícula utilizada de 1.50 x 1.50 m modula las diferentes áreas y ordena el programa, libera las áreas de uso múltiple y agrupa los servicios y el equipamiento del edificio, los cuales son identificables en las cajas amarillas; estos recorren verticalmente todo el edificio y aportan una coherencia estética al conjunto.

 

Los tres niveles se organizan en cuatro plataformas desplazadas que se articulan en torno a un vacío central de donde parten las circulaciones verticales y ventila e ilumina todas las áreas del edificio de manera natural. Cada plataforma independiente se conecta a través de escaleras y del elevador central. Algunas se conectan entre sí por medio de gradas que sirven de espacios de uso múltiple; otras aprovechan su independencia para propiciar actividades que requieren ámbitos dedicados.

 

PILARES 02 contempla en la planta baja una plataforma de acceso que sirve a su vez de foro-escalinata para la realización de actividades culturales; en el nivel 1 se desarrolla la ciberescuela en dos plataformas, y en el nivel 2 los talleres de robótica y gastronomía, el cual tiene un espacio exterior para el cultivo de hortalizas y hierbas.

PILARES 03 considera en su programa el vestíbulo de uso múltiple, con ciberescuela en los dos primeros niveles y el taller de joyería y serigrafía en los dos niveles superiores.

 

La inclinación de la cubierta – producto del acomodo en sección de medios niveles – crea una quinta fachada, en cuya azotea se disponen paneles solares que almacenan la energía solar que alimenta al conjunto.

 

 

IUA Ignacio Urquiza Arquitectos en colaboración con WORKac (Amale Andraos & Dan Wood)

Alvaro Obregón, Ciudad de México, 2020

470 m2

Casa Balena

Casa Balena se encuentra ubicado en el Valle de Guadalupe Ensenada, Baja California.

Este proyecto busca poner al usuario en contacto directo con la experiencia que se vive en el valle.

El conjunto está compuesto por una serie de volúmenes con distintos programas que se encuentran dispersos a lo largo de 20 hectáreas de viñedos.

La casa se desarrolla alrededor de un patio central que permite un respiro de la vid y el imponente paisaje que lo rodea. Los volúmenes se acomodan entre grandes terrazas que tienen la función de separar y dar privacidad a cada espacio, estos se rotan y separan del perímetro de acuerdo a la orientación, buscando tener el mayor confort térmico posible.

Las habitaciones se ubican en distintos puntos de la casa para tener vistas francas hacia las tres montañas que flanquean el valle, mientras que las áreas comunes ven a lo profundo del valle.

Los materiales con los que se compone el proyecto, buscan dar una sensación de ligereza y frescura y al mismo tiempo mimetizan la arquitectura con el contexto a través de su contraste.

 

Valle de Guadalupe, Ensenada, Baja California, 2020

 

Tabasco

En una esquina de la Colonia Roma Norte, a pocos pasos de la Avenida Álvaro Obregón y la Plaza Río de Janeiro, se encuentra el edificio Tabasco 189. Esta zona de la Ciudad de México se caracteriza por la abundancia de áreas verdes y banquetas anchas, que han favorecido, sobre todo en los últimos años, el incremento de comercios como cafeterías, restaurantes y galerías. Esto, junto con los procesos de rehabilitación de edificios antiguos, ha hecho que la población joven vuelva a habitar el barrio, impulsando nuevas maneras de vivir la colonia a través de la activación del espacio público, el uso de la bicicleta y la regeneración del tejido urbano, lo que ha convertido la Colonia Roma en una de las zonas más importantes y activas de la Ciudad.

La estrategia de diseño parte del análisis de la configuración actual del edificio, en la cual se identifican los elementos estructurales principales, los patios y áreas para la iluminación de los ambientes y los elementos estéticos que dan valor a la edificación. A partir de este análisis se determina mantener la estructura principal en su totalidad y “limpiar” de aquellos elementos que no son absolutamente necesarios, dejando libre todo el espacio disponible y buscando la adaptación de la planta a los nuevos usos. En esta acción de limpiar se eliminaron los cerramientos de fachada, liberando las losas y dejando que la intervención arquitectónica sobre el edificio se revele a través de una fachada ligera, transparente y completamente renovada. En el nivel de planta baja se ubican los locales comerciales, los cuales pueden tener diversas configuraciones que les permiten adaptarse a comercios y actividades de diferentes tipos. En este nivel se ubica también la recepción y el control de acceso de los huéspedes. El patio central, delimitado por las circulaciones horizontales y la escalera de caracol existente, abarca todos los niveles y se hace evidente a través de una gran abertura hacia la fachada de la calle Tabasco. En la planta baja el patio se convierte en un paseo interior comercial mientras que, en los demás niveles, es un espacio de comunicación visual a la vez que asegura iluminación, ventilación y privacidad a los pasillos de circulación. La situación prominente de la esquina se aprovecha para crear un edificio con un alto valor de reconocimiento a nivel de peatón y desde las calles inmediatas. La esquina del edificio, generada por la intersección de dos calles, y el pancupé existente en planta baja, requerían un gesto arquitectónico que resolviera el encuentro de las dos fachadas, una vez liberadas de los cerramientos sólidos.

Se introduce un trazo curvo en el cristal que da unidad al edificio, suaviza su regularidad geométrica y nos permite finalmente entenderlo con una sola mirada. El límite de las fachadas exteriores establece una relación nueva con su entorno; las losas se adelantan al mismo paño del balcón existente y generan terrazas continuas para todas las habitaciones asegurando protección del sol y del ruido y mayor privacidad; los cristales, protegidos por las losas, pasan enfrente de los elementos estructurales, buscando la misma continuidad para el nuevo perfil del edificio. Destacan como único elemento de remate los barandales metálicos de líneas ligeras.

 

Roma Norte, Ciudad de México, 2020

3,211.78 m2