Rancho MNG

El proyecto se destaca en el horizonte como un hito sutil. Una delicada intervención que genera la ruptura suficiente para reconocer la intervención humana sin agredir el entorno y las visuales naturales.

Entendiendo la arquitectura vernácula de la zona, la construcción evoluciona la tipología constructiva de cubierta a dos aguas propia del lugar a través del empleo de materiales contemporáneos como concreto, acero y galvanizado térmico. La cubierta es probablemente el gesto formal más particular de esta pieza que se extiende como un volumen rectangular de 45 metros de largo; a su vez, es también responsable de la particularidad del funcionamiento sostenible de la construcción, que reutiliza en segundos usos el agua captada de la lluvia.

La particularidad de la propuesta reside precisamente en la sencillez de su planteamiento y en el aprovechamiento de la geometría como herramienta compositiva estructural. De esta forma, el programa se distribuye en una composición simétrica según la cual las recámaras y servicios se localizan en los extremos opuestos. Entre ellos, en el centro, se extiende la sala común que es sobrevolada por una pasarela a modo de «promenade architecturale» corbuseriana. Este paseo establece una suerte de símil entre la vista de pájaro sobre lo que sucede en el interior y los corredores exteriores desde los que se puede contemplar el paisaje.

 

Golfo de México, 2014

970 m2

Fotografías: Ignacio Urquiza

Pabellón El Eco 2013

El patio del museo, una de las obras más significativas de Mathias Goeritz, es un enclave emblemático de la ciudad. Su no ocupación destaca sobre la densidad de la trama urbana y el significado de los muros y de sus autores lo contextualizan en la historia de la ciudad.

Evidenciar el vacío fue la estrategia determinante de la intervención, la cual se concretó en la generación de una estructura que permitiera materializar el volumen que ocupa; dibujar su geometría potente y particular y hacerlo presente. La intervención se mantiene flotada en el interior separada del perímetro en una actitud, siempre, de respeto máximo a esta obra.

El primer paso fue el proceso de llenado a través de una retícula tridimensional —un sistema o armado de varillas en módulos de 1 m3—, seguido de un ejercicio de excavación de la construcción resultante mediante la sustracción de módulos para hacerla habitable. El sistema de atado se resuelve mediante nudos de alambre trabajados a mano, una labor específica de oficio que da muestra de la habilidad del maestro en el armado.

El conjunto es un ejercicio que invita a reflexionar sobre la relación entre la adición y la sustracción, entre el lleno y el vacío.

 

Colonia San Rafael, Ciudad de México, 2013

200 m2

 

Casa Estudio Hill

La conservación de un fresno se convirtió en la primera razón de cada gesto del proyecto y llevó a una composición de volúmenes que buscaba la forma de estructurarse alrededor del árbol. Así, dos patios y tres volúmenes se intersecan en el núcleo de circulaciones verticales, diferenciándose por el distinto tratamiento de la cancelería alterando la percepción de ligereza o solidez.

Diseñada para un productor musical y artista, la vivienda debía funcionar al mismo tiempo como espacio habitable y como un estudio profesional de grabación. La calidad acústica y disposición de cada uno de los espacios que componen el proyecto logran que todos sus módulos operen como una extensión del estudio.

En la planta baja, el volumen de acceso, sólido y denso, alberga el propio estudio. A continuación, sigue el volumen destinado a la zona de estar, ligero y abierto, que se relaciona, al fondo, con el patio principal donde se encuentra el árbol. Sobre ambos cuerpos inferiores, articulados a través de la escalera y patio centrales, se sitúa el tercer volumen, que contiene las habitaciones y dependencias privadas, y se abre también al gran fresno con toda su fachada en una composición geométrica de ventanales. Los tres volúmenes se relacionan con el exterior en diferentes direcciones, incrementando la entrada de luz natural y generando vistas que integran la composición del programa.

La búsqueda de la disolución de los límites entre los volúmenes y los vacíos lleva a la sensación de continuidad, integrando el interior y el exterior en un único espacio.

 

Colonia Florida, Ciudad de México, 2013.

220 m2

Fotografías: Onnis Luque